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Aprovechar las soluciones digitales para sistemas de salud inclusivos y con perspectiva de género

 

En el contexto de una crisis o emergencia sanitaria mundial, las soluciones digitales pueden crear sistemas de salud más equitativos y eficaces. Los hallazgos emergentes de los proyectos sobre COVID-19 financiados por el IDRC están demostrando que muchas soluciones digitales, tales como herramientas de análisis de datos, mapas geoespaciales, aplicaciones móviles y procesos habilitados para el aprendizaje automático, pueden conducir a mejores respuestas del sistema de salud. Las soluciones digitales exitosas con impacto transformador están diseñadas teniendo en cuenta las necesidades, los usuarios y los contextos locales.

En los primeros meses de la pandemia de COVID-19, la respuesta del gobierno y los esfuerzos de recuperación en todo el mundo, incluyendo los países de ingresos bajos y medianos, no tuvieron en cuenta a las poblaciones marginadas y sus necesidades de atención médica únicas. Los factores interseccionales como el género, la raza y el estatus socioeconómico dejaron atrás a las mujeres, las minorías de género y otros grupos que buscaban la equidad.

Mientras el mundo celebra el tercer aniversario de la declaración de pandemia de COVID-10 de parte de la OMS en marzo de 2020, exploramos proyectos de investigación innovadores apoyados por el IDRC. Cada uno desarrolló y utilizó soluciones digitales transformadoras e inclusivas para ayudar a las mujeres, las minorías de género y los grupos marginados a recuperarse de los efectos inmediatos y a largo plazo de la pandemia mundial. La evidencia preliminar demuestra que la tecnología digital puede ofrecer nuevas soluciones para promover la equidad y la igualdad en la atención médica, al tiempo que fortalece los sistemas de salud.

Puntos destacados de la investigación

  • Las nuevas herramientas de salud digital están permitiendo a los planificadores de los sistemas de salud responder a las crisis de salud, analizar datos y lograr resultados mejores y más inclusivos.
  • Las herramientas digitales y los procesos sensibles al género pueden proteger, apoyar y mejorar las habilidades de los trabajadores de la salud y crear sistemas de salud más flexibles y resilientes que puedan resistir futuras pandemias.
  • Las respuestas a crisis de salud que están diseñadas para conectarse con audiencias marginadas o de difícil acceso brindan mejores respuestas al tener en cuenta sus preocupaciones y necesidades únicas.

 

Los impactos de género y exclusión del COVID-19 en los sistemas de salud

La pandemia de COVID-19 afectó a mujeres, minorías de género y grupos tales como refugiados y trabajadores informales en todos los niveles del sistema de salud, desde planificadores involucrados en la respuesta a la pandemia hasta trabajadores de la salud y las comunidades a las que sirven.

En los países de ingresos bajos y medianos, los gobiernos priorizaron los esfuerzos para limitar la propagación del virus y manejar la carga en los sistemas de salud. También reorientaron los recursos de atención médica e impusieron políticas de restricción de movimiento en un esfuerzo por salvar vidas. Las restricciones de movilización y el cierre de los lugares de trabajo, por ejemplo, tuvieron efectos no deseados e indeseables que profundizaron las desigualdades y empeoraron las condiciones de vida de las mujeres y otras poblaciones que ya vivían en situaciones vulnerables.

Desde una perspectiva de planificación, muchos países adoptaron un enfoque único e igual para todos que no tuvo en cuenta las necesidades específicas de las mujeres, las minorías de género y las comunidades LGBTQI2+. Por ejemplo, los funcionarios de salud redirigieron los recursos de salud a las prioridades por el COVID-19, lo que empeoró la financiación ya limitada para los servicios de salud sexual y reproductiva y prevención del VIH.

El COVID-19 también debilitó las capacidades sobrecargadas del sistema de salud en el Sur Global. Los trabajadores de la salud, el 70% de los cuales son mujeres, enfrentaron más horas de trabajo, al mismo tiempo que aumentaban sus demandas de cuidado con niños o padres ancianos encerrados en el hogar. Esta carga de trabajo adicional agravó la escasez de personal existente, lo que provocó agotamiento, enfermedad y licencias. Los trabajadores de la salud también enfrentaban un mayor riesgo de infección y muchos no tenían los conocimientos ni las medidas de protección para manejar los casos de COVID-19.

A nivel comunitario, los grupos indígenas, los refugiados, las poblaciones LGBTQI2+ y principalmente las trabajadoras informales enfrentaron mayores barreras para acceder a los servicios de salud debido a la capacidad limitada, el miedo, la discriminación o el maltrato en los establecimientos de salud. En algunos casos, los esfuerzos de respuesta al COVID-19 no pudieron llegar con éxito a las poblaciones remotas, indígenas o migrantes. En otros, los esfuerzos de respuesta no abordaron las preocupaciones específicas sobre el virus, las vacunas y la respuesta del gobierno. Esta desconfianza cada vez mayor en los sistemas de salud llevó a muchos a ignorar las recomendaciones de seguridad, tales como el distanciamiento social y el lavado de manos, o a rechazar la vacuna por completo.

Digitalizarse: cómo utilizar la tecnología para promover la igualdad

Investigadores financiados por el IDRC han identificado desigualdades de género y demás brechas en los servicios en cada etapa del proceso de atención médica. Su investigación sobre el COVID-19 está explorando el potencial y la viabilidad de utilizar soluciones innovadoras de salud digital para abordar estas brechas y construir sistemas de salud más equitativos e inclusivos que puedan resistir futuras pandemias y emergencias de salud.

Desarrollo de herramientas de planificación inclusivas de género

Financiado por el IDRC y dirigido por la Universidad de los Andes y la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia, junto con data.org, el proyecto Epiverse TRACE LAC está desarrollando herramientas de análisis digital utilizando datos desagregados por género. Los datos son recopilados por trabajadores de salud comunitarios y sistemas de información de salud gubernamentales para fortalecer la respuesta a la epidemia en América Latina.

Las herramientas de TRACE LAC utilizan datos inclusivos y relevantes y un enfoque centrado en el ser humano. El proyecto introdujo procesos para explorar los desafíos de la inclusión de género en la ciencia de datos y para integrar el género en cada etapa de la planificación e implementación de los sistemas de salud.

Otro proyecto, liderado por la Universidad de los Andes de Colombia y financiado por el IDRC la Agencia Sueca de Desarrollo Internacional, trabajó en colaboración entre sectores para utilizar inteligencia artificial (IA) para profundizar la comprensión de las dinámicas sociales y de género de la propagación del COVID-19 y la adopción de la vacunación. El proyecto generó datos desglosados por sexo sobre el plan nacional de vacunación, proporcionó datos específicos sobre las poblaciones de migrantes y cómo les ha afectado el COVID, y analizó la actividad en las redes sociales relacionada con la identidad de género del titular de la cuenta.

“Necesitamos soluciones basadas en el conocimiento y las capacidades de quienes corren mayor riesgo de soportar la carga de las inequidades en la salud mundial”, dice Catalina González Uribe, Directora de Internacionalización de la Vicepresidencia de Investigación y Creación y Profesora Adjunta de la Escuela de Medicina, de la Universidad de los Andes.

Uso de aplicaciones móviles para preparar y proteger a los profesionales de la salud

En otras regiones del mundo, los equipos de investigación financiados por el IDRC están trabajando para identificar las brechas en los servicios y abordar las necesidades de conocimiento entre los trabajadores de la salud. A través del Proyecto de Investigación e Innovación COVID-19, están desarrollando herramientas de capacitación y encontrando nuevas formas de conectarse con audiencias difíciles de alcanzar.

Liderados por la Aga Khan Foundation y financiados por el IDRC, los investigadores están desarrollando y ampliando tres herramientas digitales para fortalecer los sistemas de salud y mejorar la atención de las poblaciones en riesgo en Afganistán, Kenia, Pakistán, Siria, Tayikistán y Tanzania. Las aplicaciones móviles están diseñadas para monitorear poblaciones de alto riesgo, servir a poblaciones de difícil acceso y compartir prácticas comprobadas para crear conciencia entre los trabajadores de la salud. Las aplicaciones incluyen:

  • CoronaCheck, cuyo objetivo es llegar a poblaciones de alto riesgo tales como mujeres, niñas, refugiados y comunidades de desplazados internos. CoronaCheck evalúa el riesgo de infección de dichas poblaciones, crea conciencia sobre el distanciamiento social y proporciona recursos para combatir la violencia de género.
  • VirtualDoc ofrece teleconsultas médicas no urgentes a personas que enfrentan barreras para acceder a los servicios de salud, tales como adultos mayores, personas con discapacidades físicas y mujeres y niñas.
  • La aplicación móvil PPE brinda educación y mejores prácticas sobre equipos de protección personal (PPE) para trabajadores de la salud.

Conectando directamente con las comunidades marginadas

El proyecto #SafeHandsSafeHearts, financiado por el IDRC, atiende una necesidad crítica de las minorías de género y los grupos racializados. Este proyecto de salud digital se conecta con poblaciones LGBTQI2+ y racializadas en Tailandia, India y Canadá para estudiar los desafíos específicos y las barreras sociales que enfrentan en el contexto de la pandemia de COVID-19.

El profesor Peter Newman de la Universidad de Toronto dice que el estudio ayudará a las organizaciones comunitarias en los tres países a “desarrollar su capacidad para trabajar con personas marginadas” e informar sobre cómo los gobiernos abordan las necesidades y experiencias de las personas LGBTQI2+. “Antes de que llegue la próxima crisis, debemos preguntarnos cómo evitar una situación en la que las medidas [sanitarias] solo tengan en cuenta la realidad de las parejas heterosexuales con 2,4 hijos”, explica. 

Esta innovadora intervención de salud digital culturalmente situada ensayó tres sesiones en línea de asesoramiento entre pares realizadas durante tres semanas consecutivas para ayudar a las comunidades LGBTQI2+ a aprender sobre el COVID-19, discutir cómo acceder a los servicios de prevención del VIH y sobre salud sexual y reproductiva, y cómo reducir la ansiedad, la depresión y el consumo de alcohol .

Con miras al futuro

Las soluciones digitales pueden construir sistemas de salud mejores y más inclusivos hoy y sentar las bases para mejorar la equidad en salud en el futuro. Los avances en tecnología, incluyendo las innovaciones de inteligencia artificial, pueden proporcionar datos precisos, sólidos, específicos de la ubicación y contextualmente apropiados que pueden alimentar la planificación y la toma de decisiones basadas en la equidad, desarrollar capacidades entre los trabajadores de la salud y mejorar el acceso a los sistemas de salud para las mujeres y las poblaciones vulnerables.

Este potencial no puede lograrse en un vacío. El éxito depende de la experiencia local, la comprensión contextual y el liderazgo sostenido. También implica abordar los sesgos dentro del diseño de soluciones digitales para garantizar que la solución propuesta evite exacerbar los sesgos existentes y mitigue los posibles nuevos sesgos que se introduzcan. Lograr sistemas de salud equitativos requiere un esfuerzo concertado por parte de los gobiernos para recopilar, compartir y utilizar datos que ofrezcan una imagen completa de la población con un enfoque particular en las mujeres, las minorías de género y otros grupos que buscan la equidad. El uso de herramientas digitales para recopilar y analizar información de manera eficiente y eficaz proporciona conocimientos pueden ser utilizados por los encargados de formular políticas, para impulsar sistemas de salud más inclusivos y mejores resultados de salud para las poblaciones más vulnerables del mundo.